Por lo general, siempre que discutimos y nos peleamos con un amigo, un familiar, compañeros de trabajo, etc., por problemas y/o malentendidos, tendemos a sentirnos culpables por lo sucedido. Indiscutiblemente si nosotros tuvimos la culpa o no. Pero lo que sí te puedo afirmar es que a todos nos ha sucedido alguna vez. También pueda ser que a ti te esté ocurriendo en este momento y tienes un cargo de conciencia que no te deja tranquilo.
Ante tal circunstancia, sea que estés pasando o no por ese problema, me gustaría darte un consejo que la Palabra del Señor nos enseña. En Primera de Pedro, 3:8-9, encontramos: “Finalmente, sed todos de un mismo sentir, compasivos, amándoos fraternalmente, misericordiosos, amigables; no devolviendo mal por mal, ni maldición por maldición, sino por el contrario, bendiciendo, sabiendo que fuisteis llamados para que heredaseis bendición.”
Aquí, la palabra de Dios nos está invitando a ser personas pasivas, personas de bien, que toman responsabilidad de sus acciones. Porque si somos pasivos aprenderemos a soportar a los demás y a aceptarlos tal y como son. Si somos compasivos, extenderemos nuestra mano para ayudar a nuestro prójimo en todo momento.
Si todos somos de un mismo sentir, significa que tengo empatía, que siento lo que mi hermano siente, por tanto no voy a burlarme de él, sino a ayudarlo. Si no devolvemos mal por mal, estamos buscando la paz para con todos y eso es agradable a Dios. Si somos amigables, seguramente les simpatizaremos a muchas personas. Sería una forma de evitar problemas y de mostrar humildad.
Contrario a todo esto sería que nos mostramos altaneros con los demás. Con toda seguridad, te puedo afirmar que seremos rechazados, incluso hasta odiados, lo cual es causa de constantes disgustos y pleitos entre personas.
Entonces, si obedecemos a los consejos que la palabra del Señor nos está enseñando en esta porción, estaremos libres de muchos problemas y, por ende, estaremos libres de todo cargo de conciencia. Tener paz interior es lo que todos buscamos para poder vivir tranquilos. “…teniendo buena conciencia para que en lo que murmuran de vosotros como de malhechores, sean avergonzados los que calumnian vuestra buena conducta en Cristo.”(1ra de Pedro: 3:16)
LA PAZ INTERIOR, TAN ANHELADA POR TODA LA HUMANIDAD, PROVIENE DE DIOS. Sólo Dios tiene el poder para cambiar tu vida y redimirla. Pero debes darle una oportunidad en tu corazón.
¿Cómo conseguir esa paz interior? Confesando todas nuestras penas y culpas a Dios, pues Él es fiel y justo para perdonarnos. “…echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros.” (1ra de Pedro: 5:7) Si así lo hacemos, Dios resolverá nuestros problemas y, de esa manera, obtendremos una buena conciencia. Dios te bendiga.