jueves, 30 de octubre de 2008

¿Y POR QUÉ SIEMPRE ME ADELANTO A PENSAR QUE LAS COSAS TERMINARÁN MAL?

Por: jose_lagodecoatepeque@yahoo.es

Hay momentos en que nos encontramos expuestos o proclives a ciertas situaciones que se presentan en el diario vivir. En el artículo anterior, escribí sobre los noviazgos y algunos problemas. Esta vez, me propuse escribir a cerca de actitudes y pensamientos que muchos presentamos antes de “meternos en algo”, como comúnmente decimos.

Me atrevo a decir que casi nadie está exento de esto. Cada vez que nos enfrentamos a algo, en la mayoría de los casos, siempre pensamos en lo positivo y negativo que traerá. De todas maneras, alguna solución debemos encontrar.

Pero ¿te has preguntado por qué somos tan prejuiciosos? Tal vez no. Los prejuicios están en todos lados, dondequiera que existan seres humanos. No puedo decirte que son buenos, pero tampoco que sean malos. Las respuestas varían de acuerdo a los tipos de problemas, situaciones y circunstancias. ¿Por qué cuando alguien decide tener un noviazgo, casarse, conseguir un trabajo, salir lejos de casa, visitar una iglesia, etc., y consultamos a otra persona siempre emite prejuicios que a veces nos favorecen, y a veces no?

Y si no consultamos a nadie, también nos convertimos en prejuiciosos de nuestra vida. Por ejemplo, si deseo tener una relación de noviazgo, antes de que la otra persona de un “sí” o un “no”, yo he pensado en que la relación quizá no funcione. Y ya pensé en todo lo que la otra persona me responderá, en lo que responderé y, para colmo, ya pensé en cómo terminaré esa relación si no me parece. Este solo es un pequeño ejemplo para demostrarte cómo pensamos.

Considero que todas estas cosas ya son inherentes al ser humano. Pero no solo eso, sino que debe haber una explicación razonable del porqué actuamos de esa manera. La palabra de Dios en Mateo 12:34 dice “porque de la abundancia del corazón habla la boca.” Ciertamente, lo que expresamos es lo que sentimos en nuestro corazón. Porque no podemos expresar ni decir lo que no sentimos.

El mundo ha impregnado, a través de todas sus malas obras y desobediencia, un espíritu de desconfianza y de una falsa autonomía y perfección. Nos hace ver como los buenos de la película, y hace ver a los otros como nuestros rivales, nuestros enemigos dignos de desconfianza, como seres inhumanos que no tienen sentimientos ni empatía.

Este falso espíritu hace que prejuzguemos a los demás. Porque con anticipación llevamos en nuestro corazón los malos pensamientos e intensiones deshonestas de cómo sucederán las cosas. Si en nuestro corazón no existiera esa desconfianza, todo sería diferente.

En el libro de Proverbios capítulo 4:23, Dios nos aconseja y nos dice: “Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón; porque de él mana la vida.” Si en nuestro corazón hay odio, odio demostraremos; si hay desconfianza, desconfianza mostraremos; si hay amor, paz y bondad, eso reflejaremos. Dios hace que los corazones de las personas queden limpios. Siempre y cuando, la persona lo permita.

Si queremos que las cosas cambien, debemos ser los primeros en actuar positivamente, en demostrar confianza, justicia y bien hacer. El mundo está impregnado de mentiras, destrucción y odio. Dios da amor, gozo, paz paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, confianza, y mucho más. Él quiere transformar tu corazón.

Cuando Dios dirige tu vida, te guía por sus caminos derechos, te guarda y te acompaña en todas tus decisiones. Tendrás seguridad en él y verás las cosas con otros ojos. Los ojos de Dios.

viernes, 10 de octubre de 2008

¿POR QUÉ NO TUVE ÉXITO EN MI NOVIAZGO?

Muchas personas que no han tenido éxito en su relación de noviazgo, en un momento determinado, se han planteado la pregunta: ¿por qué no tuve éxito? O quizá ¿Por qué me pasa esto a mí? ¿Por qué no puedo tener una bonita relación como los demás? Y eso viene a ser, en muchas ocasiones, un factor de gravísima frustración, incluso, hasta causa de numerosos suicidios inesperados.

Aunque, al parecer, muchos toman el rompimiento de un noviazgo como algo “normal –porque unos son lo suficientemente fuertes para soportarlo, otros no tienen la misma capacidad-, es un problema que, a lo largo de la historia, el compartimiento de la sociedad misma ha creado, debido a la forma indiferente de ver la realidad, sin pensar en las heridas que este rompimiento pueda causar.

Pero esta forma deliberada de obrar y de ver la realidad tiene muchas causas. Hay personas que desde su juventud han practicado el sexo de una forma libre, con tal de satisfacer sus bajos instintos -deseos profundos y desordenados-. A este tipo de personas les interesa poco HERIR Y DAÑAR LOS SENTIMIENTOS DE LOS DEMÁS. Lo único que les importa es lograr su objetivo.

Cuando un(a) joven encuentra a alguien con quien llevar a cabo su primera relación de noviazgo, se vuelve ciega(o). La desesperación por “andar con alguien” le lleva a dar un “sí” prematuro, lo cual, en un futuro no muy lejano, le traerá repercusiones negativas. Engaños, rechazo, embarazos, abortos y suicidios.

La falta de información y de conocimiento, nos lleva por caminos oscuros donde no sabemos qué hacer ni cómo llevar a cabo una relación. Y es el caso de una persona que se encuentra en su primer noviazgo. Por lo general, son jovencitas y jovencitos de entre 11 y 18 años, aunque a veces de más edad, que se dejan llevar por lo que el otro dice sin pensar por sí mismos.

La falta de conocimiento de los y las adolescentes los hace presa fácil de personas insensibles, que llevan una vida desordenada, para que se aprovechen de su dignidad y se la roben. Las mentiras son su plato fuerte, con el cual tienen planeado hacer que estos principiantes caigan en sus garras.

Les hacen insinuaciones amorosas –que son totalmente falsas- para convencerlos. Cuando ya consideran que tienen asegurada su presa, les piden la prueba de amor, con la que demostrarán que en verdad aman a esa persona. Algunos le llaman “el peor error de sus vidas.”

Aquí aterrizaremos en un escenario para responder a la pregunta. Los y las jóvenes que cayeron en las garras de estos lobos y lobas rapaces, se encuentran en un estado de culpabilidad, de baja autoestima, debido a la acción que realizaron. Se sienten rechazados (por su familia y amigos) y, al mismo tiempo, arrepentidos. No tienen un horizonte claro hacia donde ir, por lo que muchos de ellos optan por quitarse la vida… Esa no es una solución acertada.

Pero, ¿dónde radica el problema? Estas personas que tienen sus sentimientos lastimados tomaran la decisión de no volver a confiar en nadie. Algunos hasta jurarán jamás fijarse en nadie. Pronto encontrarán a otra persona, que posiblemente nunca ha tenido un noviazgo y, por ende, tenderán a desconfiar de ella. La desconfianza producirá conflictos y el más afectado será ese principiante, pues no sabe a qué se deben las conductas repentinas de la otra persona.

Le dirá que no quiere dañarlo (pero ya lo está haciendo), que mejor se busque a otra persona, porque ella nos la adecuada. Y rompen la relación. Posiblemente esta cadena se irá alargando y se repetirá con muchas más personas. En muchos casos, el dañado siempre busca desquitarse con otro. Uno a uno irá pagando el precio de lo que no debe y de lo que tampoco sabe ni es culpable. Todo gracias a esas personas destructoras de vidas.

Es claro que no todos obrarán de la forma que describen los dos párrafos anteriores, pues no desean volver a ser heridos ni mucho menos burlados. Estos piensan de una forma más empática y su mayor deseo es no volver a equivocarse.

LAS PREGUNTAS: ¿POR QUÉ ME PASA ESTO A MÍ? ¿POR QUÉ NO PUEDO TENER UNA BONITA RELACIÓN COMO LOS DEMÁS? TENDRÁN SU APLICACIÓN EN LAS PERSONAS PRINCIPIANTES DAÑADAS POR PERSONAS A QUIENES, EN UN MOMENTO ANTERIOR, LES HIRIERON SUS SENTIMIENTOS.

Si no has tenido surte en tu relación, posiblemente se deba a que te encontraste con una persona a la que ya dañaron sus sentimientos. Por eso no te comprendió. O puede ser, simplemente, porque tu carácter no era compatible con el de ella y siempre iban en direcciones opuestas. O rompieron debido a brechas sociales y religiosas.

Mi consejo es que esperes un poco más y que tengas paciencia. Y es lo que a veces no tenemos. Pero quiero decirte que Dios tiene preparada para ti a una persona especial, con la que podrás compartir el resto de tu vida.

LAS RELACIONES DE NOVIAZGO SON CUESTIÓN DE VOLUNTADES. NADIE ESTÁ OBLIGADO A ESTAR EN UNA RELACIÓN AMOROSA, SI NO LO DESEA. NO ES OBLIGACIÓN CASARSE NI BUSCAR PAREJA. PERO CADA QUIEN DECIDE Y HACE LO QUE LE PARESE MEJOR.

Dios te ama y desea lo mejor para ti. En el libro de Proverbios capítulo 5:18, Dios nos dice: “Sea bendito tu manantial y alégrate con la mujer (el hombre) de tu juventud…” Déjame recordarte que quien te ama no te lastima. Y tampoco te hará la vida a cuadritos para que sufras y te arrepientas de la decisión tomada. Comienza por conocer un poco la historia de la persona. Estás en tu derecho, pero se prudente. Dios te bendiga.