miércoles, 30 de abril de 2008

¿ERES PRESO DE TU PASADO?


En la actualidad hay muchas personas que “teniéndolo todo” no son felices. Hay personas que no tienen comodidades pero tampoco pueden vivir en paz. Todo tiene una explicación razonable: tener dinero no significa ser feliz; tampoco ser pobre significa ser feliz.

La anterior afirmación me lleva a confirmar que la felicidad y la paz interior no provienen de tener o no tener posesiones materiales. Proviene de otro lugar. Mejor dicho, la felicidad y la paz interior nos son dadas. Pero ¿por quién nos es dada? –nos es dada por Dios.

Las personas viven presas dentro de sí mismas. A esto le sumamos una dosis de presiones ejercidas en nuestra cotidianidad –presiones sociales-. Lo que permite complementar la receta de encarcelamiento es la falta de soluciones.

A decir verdad, podemos hablar de una falta de libertad de la persona, de una libertad interior o mejor dicho: libertad espiritual. Esta libertad espiritual nos la da Dios. Vivir preso de los recuerdos es el estado de una persona que no ha recibido a Cristo en su corazón.

Cuando le permitimos a Dios entrar en nuestro corazón, él se encarga de limpiarlo y, por ende, nos quita esos pensamientos que nos acusan día con día. En el libro de Isaías 43:25 Dios nos dice: “Yo soy el que borro tus rebeliones por amor de mí mismo, y no me acordaré de tus pecados.”

Esto quiere decir que Dios nos perdona de todas nuestras iniquidades y acciones pasadas que nos han creado un sentido de culpabilidad y no nos dejan vivir en paz. Dios en su gran amos nos ha perdonado a través de Jesucristo, quién murió en la cruz del calvario por amor a nosotros.

Si quieres experimentar esa libertad que Dios ofrece a todo el que se acerca a él, debes invocarle en este momento y pedirle perdón por todo lo pasado; y él es fiel y justo en perdonarnos porque nos ama.

¡Dios no hace acepción de personas. Ven y búscale hoy!

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