miércoles, 16 de abril de 2008

DONDE ESTÁS EDIFICANDO TU VIDA.

Posiblemente hallas escuchado ha cerca de la parábola de “Los dos cimientos”, que Jesús enseñó a los que le buscaban para escucharle. Él dijo:
“Cualquiera, pues, que me oye estas palabras, y las hace, le compararé a un hombre prudente, que edificó su casa sobre la Roca. Descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y golpearon contra aquella casa; y no cayó, porque estaba fundada sobre la roca. (Mateo 7:24-25). Y añadió:
“Pero cualquiera que me oye estas palabras y no las hace, le compararé a un hombre insensato, que edificó su casa sobre la arena; y descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y dieron con ímpetu; y cayó, y fue grande su ruina.” (Mateo 7:26-27).
Probablemente, nunca nos hayamos preguntado en cuál de los dos lugares estamos edificando nuestra vida. Una posibilidad sería que, llevados por los afanes de este mundo, no estemos edificando sobre la roca. Otra posibilidad sería que, siendo obedientes, vivamos apegados a la fe que es en Cristo Jesús. Pero la respuesta solo podemos obtenerla haciendo una evaluación de nuestro estilo de vida, nuestro comportamiento, conducta y acciones.

En esta parábola, Jesús nos invita a reflexionar sobre si somos prudentes o no; sobre si somos sabios y estamos edificando en un lugar seguro que nos garantice nuestra protección ante cualquier tempestad que pueda presentarse. Esto no puede interpretarse solo como algo material. Al contrario, Jesucristo nos está advirtiendo que la mejor manera de vivir en este mundo, de afrontar los problemas que a diario nos acusan, es edificando nuestras vidas en él.

La Palabra de Dios dice en 1ra de Pedro 2:4 “Acercándoos a él, piedra viva, desechada ciertamente por los hombres, mas para Dios escogida y preciosa, vosotros también, como piedras vivas, sed edificados como casa espiritual y sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales aceptables a Dios por medio de Jesucristo.”

En este pasaje bíblico, el apóstol Pedro nos invita a que nos acerquemos a Dios y a que edifiquemos nuestra vida en Cristo. Al mismo tiempo, señala la actitud del hombre de vivir apartado de Dios, siguiendo sus propios deseos, donde se confirma que edificado sobre la arena, está totalmente expuesto y desprotegido de las asechanzas de Satanás.

El plan de Dios es que todos los hombres se acerquen a él, le adoren y al mismo tiempo, encuentren descanso para sus vidas. Cuando tenemos fe en Dios y creemos sus promesas, estamos edificando sobre él, y nos convertimos en personas prudentes que se han preparado para el tiempo venidero que no se sabe qué traerá.

Una persona que no busca acercarse a Dios, vive afanada, preocupada, sin paz. Además no está preparada para resistir los problemas que puedan presentarse, debido a que no tiene nada a qué aferrarse. Pero que para Dios son fáciles de resolver, si buscamos su ayuda.

El está dispuesto a ayudarnos, a sacarnos de cualquier situación y, sobre todo, nos ofrece un descanso para nuestra alma. Por tanto, se ve con claridad, la necesidad de edificar en la roca que es Cristo y, así, tener la seguridad de que no habrá corriente ni tempestad de problemas que puedan hacernos tropezar, porque Dios estará con nosotros.



1 comentario:

Anónimo dijo...

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Thanxx