lunes, 19 de octubre de 2009

RESPUESTA AL SIGUIENTE COMENTARIO

“Hola José. Estoy de acuerdo con lo que piensas. Pero qué pasa cuando esa persona que amas te engaña. Luego regresa a ti, tú crees perdonarlo, pero no puedes olvidar lo que te hizo. O sea alguien "resentido". Tú quisieras estar con esa persona pero te invade el miedo, que lo pueda volver a hacer. ¿Qué puedo hacer?”

Estimada amiga, déjame contarte que el problema del que hablas le ha sucedido a muchos. Hoy en día es muy común en los adolescentes. Incluso en los matrimonios. Vale la pena ir al inicio de todo para poder comprender las cosas con más claridad.

Antes de que te decidas por alguien, debes asegurarte de quién es y cómo es esa persona. De lo contrario, cuando vengas a saberlo estarás en un gran embrollo. Comprendo lo que te ha sucedido y me gustaría darte, más que palabras de aliento, un consejo para que puedas reflexionar.

Cuando se busca una relación con honestidad, se hace con la plena seguridad de encontrar no solo una estabilidad social sino también emocional. Esto se refleja en la confianza depositada en la otra persona, en aquella plena certeza de que ambos se han cedido el lugar más alto en sus vidas. Esa estabilidad nos aleja de andar buscando en el mundo a uno y otro.

En Proverbios capitulo 5 versículos 16-17 la palabra de Dios hace referencia a dicha situación y dice: “¿se derramarán tus fuentes por las calles, y tus corrientes de aguas por las plazas? Sean par ti solo, y no para los extraños contigo.” Habla de tener una estabilidad con la persona idónea. Dios siempre nos ha tratado de advertir de muchas circunstancias desagradables, pero muchas veces no hemos querido escuchar. Él quiere el bien para la humanidad, porque para él somos personas importantes, únicas y muy valiosas.

Cuando tú eliges a alguien, lo seleccionas para que esté contigo para toda tu vida. Sin importar los problemas que se les presenten, pero todo esto tiene un nombre y se llama AMOR SINCERO. No amor de intereses egoístas. Se debe tener cuidado con ello. Lastimosamente, a ti te mintieron, te engañaron. Y nadie tiene derecho a jugar con tus sentimientos. Te mostraron un aparente amor, pero era un amor egoísta con intereses destructivos.

Se puede perdonar, pero olvidar es imposible. De ti depende que regreses o no con esa persona. A mi consideración, no es bueno que vuelvas con él. No quiero parecer trágico, pero si te mintió una vez, lo puede hacer dos veces –tal como piensas- y entonces te sentirás peor que ahora. Tú no tienes por qué estar sufriendo por alguien que no te valoró cuando debió hacerlo. Recuerda que tienes dignidad y nadie tiene derecho a jugar contigo, porque eres un ser humano con derechos inherentes, no un juguete de nadie.

Sabes, los seres humanos debemos ser precavidos. Hay que aprender a ver a las personas a los ojos para ver si dicen verdades o mentiras. Presentarlos ante nuestra familia para ver si en verdad está hablando de algo serio. Pero, lastimosamente, a ti es persona te engañó. Allí radica tu situación. Pero la vida sigue. Y la palabra de Dios dice que “las cosas viejas pasaron y he aquí todas son hechas nuevas.”

Ten paciencia, esa persona especial que esperas llegará. Hay algo maravilloso llamado fe, aunque para muchos parezca locura. Pero las personas que hemos puesto en práctica esta fe sabemos que Dios transforma las vidas de las personas. Él puede y quiere ayudarte a superar este pesar. El te ama.

Ten paciencia. Ya llegará tu momento. Dios te bendiga.

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